¿Y como se pasa de ser la novena potencia mundial en Ciencia a recortar el presupuesto destinado a I+D+i en unas pocas semanas?
Inquietante ¿verdad? pero no os preocupéis que gracias a las protestas y a la alarma pública que se ha disparado en estos días los recortes se han reducido y se han maquillado las cifras con eso de las interpretaciones numéricas: que es un 15% que sólo es un tres del PIB... que en proporción al año pasado... que se reducen sólo los gastos de infraestructura y otras patrañas.
Lo que queda claro es que, una vez más, erramos el camino y, aunque admitamos que la innovación y los avances tecnológicos son el motor de la actividad productiva del futuro de esta nuestra sociedad, ralentizaremos su avance en favor de inversiones de efectos precarios pero inmediatos y demostradamente ineficaces a largo y medio plazo.
No señores, el apoyo I+D+i no es un gasto que se debe limitar en tiempos de crisis es una inversión que se debe incrementar y respaldar sostenidamente sobre todo en tiempos de crisis.
No señores, el sistema de ayudas sociales a fondo perdido y la inyección de dinero en obras sin ton ni son pueden ayudar a ganar votos y maquilla momentáneamente el aumento del desempleo pero no aumentan la productividad ni producen dividendos.
Ahora cuando lo que cuenta es la productividad y la búsqueda de nuevos mercados es hora de impulsar la I +D+i y de replantearse el gasto a fondo perdido de un sistema de ayudas paternalista que permite vivir a muchos con muy poco esfuerzo mientras que se exprime a los mileuristas a base de impuestos y horas de trabajo.
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